Entre los manifestantes que portaban carteles que decían «Ni recortes, ni privatizaciones», había muchos empleados de la administración pública perjudicados por la congelación de los salarios el año entrante.

España vive su segunda recesión en tres años, está abrumada por el alto índice de desempleo -de casi el 25%- y aumentan los desórdenes sociales. El número de personas que solicitaron seguro por desempleo aumentó a 4,71 millones en septiembre, en parte a que concluyó la temporada alta de turismo y las empresas dejaron ir a los empleados contratados con ese fin.

«Trabajo en un hospital, pero estoy a punto de quedar desempleada», comentó Victoria Gutiérrez, una enfermera de 58 años. «El 30 de octubre expira mi contrato temporal y no me lo extenderán», agregó.

«Contamos un personal mínimo en cada piso en todos los hospitales», relató. «Esto afecta no sólo a los hospitales, sino también a la educación y los servicios civiles, a todo», enfatizó.

Desde hace nueve meses, el gobierno ha aplicado un plan de drásticas medidas de austeridad que ha llevado a los 17 gobiernos regionales en España, algunos de los cuales están tremendamente endeudados, a cortar servicios de salud y educación.